Maquina Somatica

Soberanamente macabra, sobresale la maquinación sobre una madriguera sofisticada. Mamando sórdidos mandatos que soslayan magros sonambulismos; y marginan con soberbia a manadas sobresalientes de madera social, sosegadas por maleantes que sostienen un maltrato sordo. Sobran mamotretos sonsos, que mastican de sopetón un materialismo sobrenatural. Son manipulados para soportar un manoseo solemne del márketing sodomita. Sólo si madrugaran y sorbieran masificadamente la solana que macera una solidificación, mandaríamos a la soga a más de un sombrío magnate del soborno. Al sobrevivir en una maceta, sofocados dentro de un maloliente sótano marchitado, nos sorprenderá el martirio de soledad, masturbándonos la sombra y manducando una sopa de maquillaje, cual sobrado manjar. Mas solamente matizando a soplete masculladas sonrisas y manchando sojuzgadamente, esta machacada sociedad; socorreremos los mandatos sonantes de una matriz soñadora, y nos maximizaremos sobrevolando una madreselva sólida y madura. Sonará a macaco, pero la máquina somática se manifiesta sostenidamente en más de un sobreentendido, en una macanuda sobremesa y hasta masajea socarronamente, y sin máscara, nuestra soluble materia. Franquise