"Soy un adverbio de tiempo, una drogadicta de acordes, una loca que abraza árboles y pone nombre a las hormigas...y que digan lo que quieran"Mi relación con la música comienza a mis 3 años en el conservatorio Maestro Barbieri de Madrid. Recuerdo que empezábamos a solfear utilizando palitos de colores para las negras y plumas de plumero para los silencios. Una vez llevé una sudadera azul marino con un tocadiscos de transfer en el centro, y me encantó que mi profesora me pusiera en el medio del corro de los niños y me dejara palmear unos compases para que mis compañeros intentaran solfearlos. Mi primer instrumento fue un pequeño violÃn que aun guardo de recuerdo. Yo tenÃa 5 años, y una hiperlaxitud en mis dedos que obligó a mi profesor a aconsejarme cambiar de instrumento. Mi dedo meñique era como de plastelina. Me pasé al piano, y fue un flechazo. Salà de ese conservatorio siendo una adolescente melómana, y terminé 4º de piano en la escuela de música Intermezzo. Luego, ya de adulta (si es que se me puede considerar adulta) descubrà que la mejor forma de aprender es cuando uno mismo se escuerna por su cuenta. Me convertà en una esponja autodidacta, y me senté con paciencia a probar algunos acordes con la guitarra. Después de 3 años, no suena tan mal. Luego vino la baterÃa, y con ella la mejor forma de despojarme de toda la energÃa contenida (y sin tener que romper objetos). Es el instrumento que más me relaja con diferencia, aunque he de reconocer que soy fiel a mi piano por encima de todo instrumento. Di unas cuantas clases con David de la Fuente. Paralelo a todos estos años de la mano de la música, yo no dejaba de escribir lo que hoy en dÃa son mis canciones. De cada idea, un par de versos, y de cada verso, un par de estrofas. Todo se ramificaba en mi cabeza, y querÃa contar tantas cosas que me quedaba sin folios. TenÃa que aprender a simplificar, pero es que era de las que pensaban que cualquier detalle era bueno, aunque no se viese, aunque no se percibiese... aunque no me diera cuenta. Mientras tanto, me empapaba del buen ambiente de los conciertos de Ella Baila Sola, mi grupo favorito desde el remoto año 1996. Recuerdo que me escapaba de clase para ir a verlas a la radio. A base de crecer y escuchar a cantautores, conseguà sacar la esencia a mis ideas y contar en poco, un mucho. Y cómo no decir, que sin la ayuda de Diegoandrés (diegoandres.com) ahora mismo ni existirÃa este espacio, ni maqueta, ni un amigo cantautor que me ayuda a creer en mi música más allá de mis propias creencias. Y lo mismo de Olga Andrés (olgaandres.com), la "culpable" de todo. Gracias Diego y Olga.En cuanto a mi yo más personal, os contaré algunas cosas. No me gustan las discotecas, ni los sitios abarrotados de gente, no fumo, no bebo, me encanta quedarme un sábado por la noche en casa dibujando a la luz de mi flexo, pasear con mi perro y disfrutar de una buena peli con una manta y un bol de palomitas. Me gusta demasiado Quentin Tarantino, Tim Burton, los comics manga de Hideshi Hino, el Pressgin Catch, Angus Oblong, el color naranja, los regalices rojos, las piruletas rojas, ParÃs, la Coca Cola, los potitos y pisar los charcos con mis botas de agua. También me gusta ir a IKEA y soñar con las cosas que me comprarÃa para mi "futura" casa. Por lo demás, soy bastante anormal...
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