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En el año 1993 los músicos Alejandro Terán y Axel Krygier fueron invitados por el entonces centro de cooperación iberoamericana (I.C.I.) a realizar un concierto en sus instalaciones. El pequeño presupuesto que se les asignó, fue destinado al alquiler de un piano de cola, y a la convocatoria de dos violinistas, un trombonista, un trompetista, un saxofonista, más la participación de sus entonces compañeros de grupo (La Portuaria), Sebastián Schachtel en piano, Víctor Winograd, batería y Christian Basso en bajo. Escribieron así arreglos de sus temas para un misma formación y casi sin ensayo hicieron debut y despedida el 23 de junio en auditorio del I.C.I. con entrada libre y ante unas doscientas personas aproximadamente. Tanto Alejandro Terán como Axel Krygier son artistas plásticos además de músicos, y así fue que también realizaron la escenografía para el concierto, la cual representaba el living de una casa plena de bibliotecas, con ventanas por las que asomaba un paisaje en plan desierto de cartoon, e imágenes filo surrealistas, tales como un dedo gigante. La iluminación estuvo a cargo de Ricardo Holzer, el sonido a cargo de Wily Campins y el registro en DAT fue una sorpresa gentil de Gaby Kerpel. Diego Frenkel hizo la cobertura fotográfica del evento y Susana Ditisheim el diseño de los programas.