the freak fandango orchestra has arrived to town, so move your ass, drink some beer, sing, dance, jump... and enjoy their punky-folky songs and crazy lyrics!!!
Fue en un viaje a Costa Rica cuando tuvimos el honor de conocer a Joe Banana, ese viejo negro rastafari que cambiarÃa nuestras vidas para siempre.
Joe se pasaba el dia borracho mezclando zumo de coco y ron, jugando al ajedrez con las tortugas y haciendo surf con los delfines; Joe nos contó que habÃa evitado la tercera guerra mundial siendo espÃa-doble durante la guerra frÃa y nosotros le creimos; Joe hablaba con los monos y les hacÃa collares de conchas, y a cambio, ellos desparasitaban su cabellera maloliente; ey! y esto es un secreto, pero Joe habÃa ido a la Luna mucho antes que los americanos y allà habÃa capturado al conejo selenita que dormÃa en su tumbona todas las noches; bueno, seguro que ya sabeis que Einstein replanteó las teorÃas de la fÃsica tradicional ayudado por la marihuana mágica que cultivava Joe... entre otras muchas historias fantásticas, pero no por ello menos ciertas (ejem).
Una noche, a la luz de la hoguera, mientras Joe tocaba los bongos con los tucanes y todos los animales de la selva bailaban y cantaban, Joe nos explicó el fenómeno neurofÃsico que él llamaba HAIKI (que traducido vendrÃa a ser algo asà como "onda fundamental que vibra en resonancia mÃstica con la esencia vital de todos los organismos basados en el carbono") y nos enseñó como podÃamos transmitirla a la gente a través de la música, para hacer de éste un mundo mejor: un mundo sin guerras, sin hambre ni enfermedades, un mundo de amor puro en el que el hombre y la naturaleza convivirÃan en una armonÃa tan perfecta que, en comparación, el ParaÃso BÃblico parecerÃa un puto estercolero.
No entendimos ni una sola palabra de lo que dijo.
Somos muy tontos, y Joe Banana, cansado de aguantarnos, desapareció.
Un dÃa de verano, años más tarde, uno de sus tucanes picó a nuestra puerta y nos dió la trágica noticia: Joe Banana habÃa muerto. Nos explicó que nunca se encontraron sus restos. Algunos decÃan que Dios en persona bajó a la tierra para llevarlo consigo, otros que fue el mismÃsimo Diablo el que vino a buscarlo y otros que lo mató una prostituta borracha en las Filipinas y que su cuerpo fue pasto de los tiburones. Aunque nosotros nunca dimos mucha credibilidad a esta ultima versión, el hecho es que nos ha dejado huérfanos. Pero, al menos, su luz nos guiará siempre en la oscuridad. Ah! y aparte de esto nos ha dejado en herencia un piso en el Passeig de Grà cia, un ático de 150 metros cuadrados, que hemos pensado dar a los pobres y necesitados del mundo. Bueno, todavÃa no, pero en un futuro seguramente si que lo haremos.
Mientras tanto, aqui estamos Jürgen (guitarra/voz), David (baterÃa), Xavi (bajo), Alfonso (violÃn) y Noe (acordeón) intentando descifrar el significado del HAIKI para poder salvar al mundo.