Skizosimfónicos

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Un mal día Johny Calcium se casó con Genital Bobby. Tras la luna de hiel llegó la rutina de platos sucios, porros y televidencia nocturna. Pero los vecinos estaban demasiado contentos y ambos acordaron iniciarse en la esquizofrenia musical. Freestyles empapados de sudor sobaquero, intenciones de fornicio constante y mala hostia. El primo hermano Harry Salcium no tardó en apuntarse a la fiesta. En pocos meses descubrieron también su faceta de actores y guionistas de cine. Skizovideónicos. Colaboraron con grandes zumbados del barrio y de la ciudad como Ludomic Massoff, Wastar Vader, Strombótiko, Externolius, Lobo Rastone, Fakierre, Frehko, ... La gran bola rosa se convirtió en su mito erótico más potente. Una musa con la que aporrearse sin que se quejara. Luego secuestraron a grandes maestros de la música para quedarse con sus derechos de autor pero como la SGAE sangraba más que nunca y llovía ese domingo, decidieron usar sus ritmos. Y siguió lloviendo unos meses después de aquello pero a nadie le importaba ya si el vodka contaba chistes de Eugenio. Y hoy en día todos estaremos de acuerdo en que si Bisbal saca discos John Wayne debería currar de segurata del Pryca. Pero como ahora se llama Carrefour quizás habría que contratar a Santiago Segura. De todos modos en el Piso Rap, donde ocurrieron todas las heregías contadas, no tardará en afincarse una colonia de ratas murciélago originarias de Pequín, que acabarán con todos los restos de pizza prehistórica y comida china y con toda inteligencia humana (o sea ninguna). Paz y chancletas