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TE AMO POR SER LA PERSONA QUE DERRUMBO MI MUNDO EN AMOR Y QUE ME HIZO PRONUNCIAR UN TE AMO POR PRIMERA VES Y MEJOR AÚN PORQUE ESE TE AMO NACIO Y NUNCA A MUERTO DESDE EL CORAZÓN...
REGGAE, SKA, PUNK..........."ZOMBIE Another head hangs lowly child is slowly taken and the violence caused such silence who are we mistaken but you see it's not me, it's not my family in your head,in your head they are fighting with their tanks, and their bombs and their bombs, and their guns in your head, in your head they are cryin' in your head zombie what's in your head, in your head zombie another mother's breakin' heart is taking over when the violence causes silence we must be mistaken it's the same old theme since 1916 in your head, in your head they're still fightin' with their tanks in your head they are dying in your head, in your head zombie what's in your head, in your head zombie LA DOSIS PERFECTA- PANTEON ROCOCO
Los Kung-Fu Monkeys – Una Y Otra
Añadir a Mi perfil | Más videosVENDEDORA DE CARICIAS - PANTEON ROCOCO
UN ORGASMO EN UNA CÃPSULA NEGRADescendió del autobús cuando todavÃa no habÃa parado de llover. Finas agujas de agua frÃa se precipitaban sobre la acera y sobre la calzada produciendo un festival de colores al reflejar y descomponer la luz de los faros de los escasos automóviles que circulaban a aquella hora de la madrugada. Se ajustó el abrigo y encogió el cuello para protegerlo del frÃo entre las solapas subidas. Metió las manos en los bolsillos y comenzó a caminar con la mirada fija en el suelo y los pensamientos perdidos entre las piernas de Adela. Horas antes le habÃa sorprendido su llamada. No tenÃa noticias de ella desde antes del verano; desde que, junto a la puerta de embarque, la habÃa despedido con la certeza de que no la volverÃa a ver. Pero esa tarde el teléfono sonó y al otro lado del hilo la voz desamparada de Adela le urgÃa a reunirse con ella en su viejo apartamento. No supo qué pensar, no le dijo nada más, sólo que querÃa verlo, asà que media hora después apretaba el botón del ascensor que lo dejarÃa frente a su puerta. Antes de llamar dudó y por un instante tuvo la tentación de dar media vuelta y desaparecer definitivamente de su vida, pero la curiosidad y un mal reprimido anhelo de volverla a ver, cogieron su mano y pegaron el dedo sobre el timbre. Al principio no supieron qué decirse. Él esperaba, al fin y al cabo habÃa sido ella quien lo habÃa citado, la miró fijamente y la vio más guapa que cuando la dejó. La niebla de Londres le habÃa sentado bien; habÃa blanqueado su rostro y ahora sus enormes ojos negros resaltaban en la cara como dos simas abiertas hacia el fondo de sus pensamientos. Ella se acercó, le acarició la mejilla con la mano (una mano pequeña, de finos dedos, siempre frÃa) y acercó los labios a su cara posando apenas un beso junto a la comisura de la boca. Sintió un leve estremecimiento y, a pesar de la magia del momento (o tal vez por ello) no pudo evitar pensar en las aristas de su cuerpo desnudo. Estaba excitado. Mientras abrÃa una botella de vino blanco le fue contando el motivo de su llamada. HabÃa vuelto hacÃa cuatro dÃas y desde entonces, exceptuando a su médico, no habÃa visto a nadie; ahora necesitaba un amigo que la escuchara y le ayudara a llevar a cabo la última parte de su plan. Pensé inmediatamente en ti, le dijo, a nadie he querido tanto. Era muy simple, iba a suicidarse. El cáncer estaba muy extendido y, no más allá de tres o cuatro meses, la muerte la sorprenderÃa vagando por el mundo de la inconsciencia que proporciona la morfina. Quiero morir viva, le dijo mientras apuraba el último sorbo de su copa. Por un momento pensó en alimentar la esperanza; pensó por un instante en que deberÃa disuadirla, convencerla de que adelantar la muerte era dejarse vencer, rendirse, pero la conocÃa bien, miró de nuevo sus insondables ojos y percibió con nitidez la firmeza de su resolución, asà que agachó la cabeza y siguió escuchando su plan; su descabellado y atractivo plan. Sobre las sábanas se fueron desnudando despacio el uno al otro. Sus lenguas jugaron a buscar y reconocer sentimientos dentro de sus bocas. Sus manos se recorrieron como las de un ciego leyendo la pasión en cada rincón de sus cuerpos. Luego ella se tumbó, estiró el brazo y con la mano abrió el cajón de la mesilla de noche, cogió la cápsula negra, se la introdujo en la boca y se la tragó sin agua. Arqueó la espalda y lo recibió abierta de par en par. Unos minutos después, cuando lo sintió vaciarse dentro de ella, emitió un largo gemido y recibió a la muerte en forma de orgasmo. Tapó su cuerpo con las sábanas, dejó la nota manuscrita sobre la almohada y llamó a la policÃa. Se vistió y abandonó el apartamento. LlovÃa. Se bajó del autobús y comenzó a caminar con la mirada fija en el suelo y los pensamientos perdidos entre las piernas de Adela .....................................