ELLA, I-::Subo lenta y suavemente por sus largas y sedosas piernas, llego agotado a lo alto de sus prominentes hombros. Acaricio su pelo y pierdo innumerables besos por el semblante de su cuello. Mis manos pasean, flotan, toman vida. Sus pechos se endurecen con el camino de mis dedos, diseño ochos que pierden su eternidad en la profundidad de su sexo. Despierto y la miro. Pienso, sólo un engaño, una mentira, pero no… no es ella. Es hermosa, simpática, y repulsivamente otra.