Chavela Vargas: desde el pasado indÃgena hasta el porvenir de todosSi Chavela Vargas ha perdurado y tan admirablemente a lo largo de seis décadas de vida profesional es por ajustar sus poderes vocales con el estilo interpretativo, por la técnica singularÃsima de adentrarse en una canción, extraer de allà el júbilo y el dramatismo (lo mismo con frecuencia), y localizar la identidad personal y nacional en el entrecruce de la soledad y la multitud a las puertas del sentimiento. Chavela es voz potente, es el cuidado extremo en la selección de sus temas (o son canciones clásicas o en eso las convierte), es la conversión de un género (la canción ranchera) en el surtidero de las emociones en plena metamorfosis: la derrota se vuelve la victoria del sobreviviente, y el abandono se convierte en la obtención del pasado magnÃfico que muy probablemente nunca ocurrió. Chavela canta y la tristeza se esparce, Chavela sigue cantando y el oyente (la segunda voz) recuerda que esa tristeza es su patrimonio intransferible porque sin ese contrate no tendrÃa caso el regocijo, Chavela termina la canción y en el aplauso mental o real su público asimila el provecho que del pasado guarda su porvenir.
Este disco es un reto y un deseo (un sueño) (una meta utópica) que se cumple. Chavela Vargas siempre ha vinculado su potencia interpretativa con sus raÃces (Costa Rica, América Latina, España), pero en primera y última instancia México ha sido para ella un cúmulo de vivencias que desemboca en un repertorio, la sucesión de personajes y escenarios que alegran su recuerdo y sus impresiones de vida plena, los paisajes y la cultura que siempre están allÃ, renovándose. Y desde hace mucho Chavela ha creÃdo que acompañarse de esos instrumentos es reencontrarse en los orÃgenes de su árbol genealógico (Cuco Sánchez, José Alfredo Jiménez, Tomás Méndez, AgustÃn Lara, Chucho Monge), allà en donde era nuestra herencia una red de agujeros y de ecos y de sonidos que el tiempo y la música occidental armonizarÃan de otra manera. Cantar lo de siempre acompañada de instrumentos indÃgenas y con la interpretación notable de Jorge Reyes, es cantar algo distinto. Este, en rigor, es el disco diferente de Chavela Vargas.
Que juzguen los oyentes, y que el Público salga en busca de su jardÃn del Edén, donde no haya justicia, ni leyes ni nada, nomás nuestro amor.
Carlos Monsiváis
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CHAVELA VARGAS BY GALA DITTMAR