Me gustarÃa conocer gente que salga de lo común, con gusto y sensibilidad por lo estético, lo extravagante, lo extraño, lo "monstruoso" (según el entender de Borges), lo imaginario, lo melancólico, lo delicado y cualquier combinación lineal (no necesariamente convexa) entre las anteriores =)
Algo más antes de irme. Mi idea original era transcribir algunos fragmentos de libros que han resultado deliciosos a mis ojos. Resulta que siempre que intento borrar el siguiente y remplazarlo por uno nuevo, lo vuelvo a leer y me invade esa sensación que debe tener aquel que, con lágrimas en sus ojos, mata a su mejor amigo. Buscaré la forma de no borrarlo y buscar espacio para los recientes. El siguiente es debido a Hugh Walpole. Escribo un parrafo más y entonces me desvaneceré en la cotidianidad, mi cotidianidad.
[...] siempre fue una casa pequeña; sir Mortimer Candil, que ayudó a crearla, la amaba, y la casa le dió su corazón. La casa sabÃa que él hacÃa por ella todo lo que podÃa dentro de sus medios; la casa sufrió con él cuando su esposa murió vÃctima de la plaga, se regocijó con él cuando volvió a casarse con una dama muy hermosa, y sufrió con él una vez más cuando la preciosa dama huyó a España con un rufián.
Hay una pequeña habitación, la Habitación del Sacerdote, donde sir Mortimer se encerró y lloró hasta agotar su corazón un largo dÃa de verano. Cuando salió ya no tenÃa corazón, y la casa, único testigo de aquella escena, le puso los brazos alrededor, le amó con más cariño del que habÃa mostrado nunca, y le lloró amargamente cuando murió.
Hugh Walpole