Rey Gabriel

Me acuerdo bien: era el 2002 y estábamos en Tixa, el estudio de Villa Ortúzar, junto a la mesa del control con algunos integrantes de Satélite Kingston. Entonces empezó a escucharse una voz de alguien que cantaba adentro de la sala. Desde donde estaba, no veía la cara del cantante por la ventana del estudio. Pero sabía quién era porque yo mismo lo había invitado a participar de la grabación de un tema de la banda. Era Rey Grabriel. Fue uno de esos momentos en los que el estudio se ilumina por esa certeza grupal de que el otro siente lo mismo que vos: que algo bueno, muy bueno está pasando y que, para mejor, se está grabando. Entonces nadie más en la banda conocía a Rey Gabriel, por lo que la sorpresa fue total: ¿dónde había aprendido a cantar así este pibe? Gabriel no sólo cantaba una lindísima versión de "Jamaica Farewell", sino que armonizaba (con un entusiasmo a prueba de horarios, temperatura y otros detalles), tres voces casi como si realmente se tratara de un trío vocal jamaiquino. "Si no lo hubiera visto, creería que son tres viejos de Kingston", fue uno de los comentarios de los chicos que resume la impresión general. Claro que Gabriel no había descubierto la música jamaiquina esa tarde camino a Villa Ortúzar. Y ahí hay una historia que no muchos conocen y que él ni siquiera es de comentar demasiado; no por que le gusten los secretos sino porque, creo, es más proclive a hablar de proyectos o directamente a concretarlos. Al menos así me tocó tratarlo. Pero para los que quieren saber más, esto es en parte lo que conozco y en parte lo que él mismo me contó. Días de escuela La primera vez que Gabriel tocó en vivo fue en 1995, con Jamaica Hand, banda de compañeros de colegio que debutó con Resistencia Suburbana en un festival en Excurionistas. La banda duró justamente lo que duró el colegio. Así que ya como ex alumno Gabriel buscó músicos en el "mundo real" y armó con Nacho Da Rocha (hoy, baterista de Mensajeros) y Baltasar Gamarra (ahora bajo de la banda de Fidel Nadal) un grupo del que muchos tienen buenos recuerdos: Kalipsonians. Sobre Kalipsonians, Gabriel tiene una de esas definiciones que no habías pensado, pero que te suenan exactas: "ese toque rústico de la jamaica campestre de los 70". ¿De qué banda argentina se podría decir lo mismo? Pero para escuchar más de los Kalipsonians habría que esperar, porque justo entonces Gabriel optó por buscar en Jamaica lo que en Buenos Aires no abundaba. Allí viajó, estuvo varios meses y hasta grabó un single con pista de la Roots Radics en el estudio de Boris Gardiner. En un punto, el hombre decidió que en vez de buscar en Jamaica lo que faltaba en Buenos Aires, podría en cambio intentar generar acá lo que había visto allá. Y comenzó algo que lamentablemente no tuvo continuidad en la "escena" reggae: en la terraza de su casa, con otros cantantes como Danny Dread e Isaac el Maestro, sesiones de DJ sobre bases de lados B al más puro estilo jamaiquino. Algunas de esas grabaciones son algo serio, sin duda. Qué lástima que el estilo no se haya difundido más... Habría un "exilio" más en la carrera de Gabriel. Uno menos previsible que el jamaiquino. Convertido a la fe mormona, en 1999 se fue a la Patagonia a misionar para la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días. Volvería en 2001. No mucho después, en Buenos Aires, grabaría un disco raro, muy cálido y de algunos momentos insipiradísimos. Pero sobre todo raro. Un buen raro: "Rey Gabriel. Acústico en vivo". Fue lo primero que escuché de Gabriel en CD. Y me pareció tan simple y efectivo que no podía creer que no salieran más discos así. Entonces no tenía idea, pero ahora sé que lo grabó durante una fiesta en la casa de Horacio Armoza, de Spiritual Reggae Band, grupo con el que cantó en vivo varias veces y grabó el tema "Aprovecha el poder". En una "escena" (insisto con las comillas; entiéndanlo como quieran...) en la que las bandas tienen secciones de vientos, percusionistas, coristas y etcéteras como para armar un equipo de fútbol, Gabriel grabó un disco prácticamente sólo con su voz, su guitarra y sus canciones convencidas. Este "Acústico en vivo" es uno de los discos de reggae nacional para atesoro con más simpatía, sobre todo en reconocimiento a la artesanal dedicación con la que fue hecho. Más tarde, no pocas veces le insistiría a Gabriel que profundizara la veta solitaria y acústica. Pero él, con buen criterio, no me hizo caso. Inmediatamente después del exitoso experimento, reconstruyó los Kalipsonians, pero con Diego Pulga Vildosola (, en bajo; personaje querido si los hay) y Germán Abuin, de Mensajeros, en guitarra, entre otros músicos más o menos estables. El "nuevo" debut fue en The Cavern, con un Gabriel afiebrado ("40 grados", asegura), pero feliz. Ni el curriculum más detallado puede dar una mínima idea de la transformación de Rey Gabriel en un escenario. Como en aquella noche en Tixa, tuve el honor de ver desde pocos metros actuaciones memorables y siempre sorprendentes y alegremente contagiosas cuando cantaba como invitado de Satélite Kingston. Mucho más entusiasta y movilizador que nosotros (hay que admitirlo), nos acompañó a la presentación de "Una isla" en La Ideal, al Quilmes Rock, al Oye Reggae del 2005, a la sala AB del Centro Cultural San Martín. Pero fue justamente en el Quilmes donde tiró una de esas frases que se vulven clásicos citables, al menos para nuestro grupo de amigos: "¡¿Quién dijo que los recitales de reggae son un picnic?!", preguntó, inspiradísimo, haciendo que todo el mundo se parara en la cancha de Ferro. Quedarse quieto o, peor, sentado, cuando Gabriel canta, baila y celebra la vida como (les aseguro) ningún otro cantante de reggae, sería ofensivo y necio. Gabriel siguió adelante con sus colaboraciones con la Spiritual y participó de otro proyecto conmigo y otra gente: La Sonora Brixton, que dejó un disco, Lady Soul, antes de disolverse. Después se casó. Y ahora sé que está en pleno proceso de reconstrucción de todas estas instantáneas-reggae que dejado aquí y allá en la última década. Por eso me pidió que escribiera algo. Bien: acá está, pero lamentablemente tengo que advertirles que ni en los momentos más enfáticos y voluntariosos logré describir con justicia la intensidad con la que Gabriel hace lo que hace.Daniel Flores From Satelite Kingston

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