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Soy Mireya y también soy MdeMandarina. Tengo 25 años y soy cáncer. Dibujo y pinto casi por inercia o necesidad en cualquier superficie lisa. Soy usuaria de Facebook pero no me gusta conocer gente por internet. A veces duermo siestas de 4 horas. Me encanta despertarme tarde y acostarme cuando sólo se escucha en la casa el sonido del frigorífico y el viento de la calle. No creo en las noticias, pero sí que creo en mis sueños. A menudo me cuesta saber con certeza si lo que pienso fue una alucinación o ha pasado de verdad. Como anoche, que estuve cavilando y no conseguí averiguar si estuviste realmente conmigo o fue todo un espejismo que creé para adornar mi decorado.Me dan miedo los hospitales, las dentaduras postizas, las cucarachas y los espacios cerrados. Canto en la ducha y en el ascensor, y disimulo si alguien aparece de repente. Me gustan los cascabeles, los girasoles, el olor de la tierra mojada y los reflejos de las pompas de jabón. Siento fascinación por la luna, el sushi, la espontaneidad de los niños y las luces de navidad. Trato de no ser consumista pero me avergüenza reconocer que tengo más de 20 pares de zapatos en el armario.Odio los zumbidos de los mosquitos en las noches cálidas. Amo el verano, el sol y el mar. No me fío de la gente con los labios finos y me asustan los ojos muy azules. Todavía no entiendo dónde ha ido a parar todo el dinero durante la crisis, ni por qué los empresarios que la cagaron no responden con su patrimonio personal. Creo que tengo algún problema de dislexia, no me gusta hablar en público y aborrezco las multitudes. Fantaseo con poderes paranormales de películas de ciencia ficción. Imagino cápsulas de cambio de lugar instantáneo, toboganes de regreso a casa en las noches de copas, y un piloto automático para los días lluviosos.Si has llegado hasta aquí, te habrás dado cuenta de que debería madurar y dejar de pensar idioteces, aunque la verdad es que llegados a este punto… tal vez sea lo que menos me importa.