alvaro vazquez

Madrid es el escenario sobre el que Alvaro Vázquez lleva dando el cante 23 primaveras. Durante las tres últimas, hemos podido asistir de su mano a otros más pequeños, fuera y dentro de la capital, en los que sus vivencias y anhelos se han ido haciendo presentes.Al vaivén de los aires castizos de su pluma y de su caprichosa voz, Alvaro nos ofrece canciones cargadas de canallería; letras sutiles que acunan el intimismo; brochazos de cultura en cada tema; La combinación del arte abstracto, plasmado en la delicadeza de sus composiciones, y un fondo intacto, que no se deja minar por la belleza de su presentación.Con la maqueta “Sin trampa ni cartón”, asistimos a un agradable paseo por su labor en estos últimos años. Caracterizado por la variabilidad temática, estilística, emotiva y vocal este trabajo cuenta con dos constantes fundamentales: la justicia poética y la calidad musical.Con vistas a la melancolía y la vergüenza ahogada en güisqui, en sus conciertos nos presenta su alternativa a la rutina: bajar las armas para plantarle cara a la hostilidad de la vida a golpe de palmas y a ritmo de coro.