La Serpiente confÃa generalmente en su propio juicio más que en ningún consejo desde fuera y lo más frecuente es que tenga razón. La Serpiente es un signo kármico; su vida comienza y termina en el triunfo o en la tragedia y aunque lo niegue, es muy supersticiosa.
Es posible que, si una Serpiente sufre privaciones extremas en su juventud, no logre superarlo jamás, razón por la cual puede convertirse en un ser fanatizado por la avaricia.
Por naturaleza la Serpiente es escéptica, pero procura no demostrarlo. Cuando la Serpiente se llena de cólera y rabia, su odio no tiene lÃmites, su enemistad encubierta y silenciosa suele quedarse profundamente arraigada. Su desagrado se manifestará más en un directo desprecio que en una discusión acalorada. No hay manera de anticipar los movimientos de la Serpiente. Está siempre un paso delante de cualquier premonición; tiene el poder de esperar al momento ideal y exacto de la venganza.
Todas las Serpientes tienen sentido del humor. Cada una de ellas asume el que mejor le cuadra a su estilo o al momento en que se encuentra. Pero de todas maneras esta allÃ. El mejor momento para observarlo es cuando su poseedor está bajo presión. En una crisis, la Serpiente siempre puede salir con un chiste que modere los ánimos. Aun cuando se encuentre en el peor de los problemas, el nativo de la Serpiente no perderá esa chispa.