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Su liberacion, tambien es la mia...

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"Para tener un mundo más pacifico y justo cada uno debe de hacer su tarea y por las acciones de cada uno podemos solucionar el problema del mundo.
Mucha gente podría convertirse de inmediato conciente si pudiese escuchar los gritos en un rastro o ver los cuerpos maltratados de los animales que se comen, después de una matanza inhumana o si tuviesen que matar con sus propias manos a estos animales".
La propuesta es una, hazte vegan!
EXPERIMENTACION ANIMAL:
Modelo de horror y error.
Vivisección. Del latín ‘vivus’, vivo, y ‘secare’, cortar. Término inclusivo del amplio espectro de torturas sufridas por millones de animales en los inaccesibles laboratorios de la industria militar, médica, farmacéutica, cosmética, toxicológica, de productos de limpieza y de un largo etcétera más. Hasta la Generals Motors es libre de practicar con ellos simulacros de colisiones. Miles de millones de dólares en el circuito comercial de criadores, proveedores de accesorios de sujeción y presa, decapitadores, jaulas, instrumental quirúrgico, más los intereses económicos y profesionales de subvencionados y asalariados del Estado y empresas privadas. Vivisección, un gran negocio.
Muchas compañías que años atrás ignoraban los reclamos de las organizaciones por los derechos del animal y cegaban, ulceraban y mataban animales testeando sus productos, hoy se jactan de usar cultivos de células y tejidos y de elaborar productos "no testeados en animales", sujetándose a la Norma Internacional Standard "No tested on animals" elaborada por la Coalición Europea para finalizar la Experimentación Animal. Las que aún no se adhieren, como Procter & Gamble (Pantene, Max Factor, Pampers y Ariel entre otros productos), o Johnson & Johnson, son objeto de boicot internacional.
Pero el humano que sin dudas condena la tortura de la experimentación cuando de testeo de productos cosméticos y hogareños se trata, condicionado para equiparar cuidado médico con salud y ciencia médica con experimentación animal, replantea su indignación si de investigación médica se trata. Quizás desconociendo que miles de científicos, médicos y abogados, independientemente y asociados -y no como activistas por los derechos animales- trabajan hace tiempo demostrando, con evidencia considerable, el daño incalculable que en la salud humana produce este modelo erróneo desarrollado en el siglo pasado por Claude Bernard, ardiente vivisector, discípulo de un tristemente repudiado sádico francés. Al servicio de una concepción mecanicista de la salud y la enfermedad, la vivisección, dice Werner Hartinger, cirujano de la League of German Doctors Against Vivisection, resulta inservible y constituye un impedimento para el progreso científico. Un fraude que mata y enferma, cuesta miles de millones de dólares, tortura y mata millones de animales por año, destruye el medio ambiente a través de la diseminación de tóxicos contaminantes supuestamente seguros e incrementa el desarrollo bioquímico y nuclear al servicio de la guerra.
¿Porqué falla la experimentación animal? . Tres son las razones básicas:
.1º..- Los animales son anatómica, histológica, genética, inmunológica, fisiológica, psicológica, sexual y socialmente distintos al ser humano. Muy distintos incluso entre las diferentes especies entre sí. Extraigo de la historia algunos de los infortunios más significativos.
Al comienzo del s. XX, algunos cirujanos comenzaron ya a notar una extraña forma de cáncer pulmonar en los fumadores. Estudios posteriores sobre la población humana llevaron a que para 1950 se supiera claramente que el cigarrillo causa cáncer de pulmón en los humanos. Pero ninguna acción se emprendió porque los investigadores no lograron reproducir tumores pulmonares a través de la inhalación de tabaco por parte de cobayas, ratas, ratones, pollos y otros animales. Las compañías tabacaleras continuaron sus ventas durante mucho tiempo sin cuestionamientos. Aún hoy pueden hacerlo, siempre que tengan la gentileza de incluir la banda de advertencia. Mientras que la conexión entre el consumo de alcohol y la cirrosis hepática es indiscutible en los humanos, ésta no se produce cuando se alcoholiza al animal no-humano, excepto en los babuinos, y aún en éstos se cuestiona. (Journal of Hepatology 1988 :7 :85-92).
La digitalis, tan ampliamente usada hoy para tratar la falla cardíaca, fue durante mucho tiempo desechada por elevar peligrosamente, en los perros, la presión sanguínea. La penicilina, descubierta con un microscopio, mata a los conejitos de Indias. La morfina, sedante para los humanos, causa excitación maníaca en gatos y ratones.
La iatrogenia medicamentosa demuestra hasta qué punto el verdadero experimentador es el humano. Según el British Medical Journal, 4 de cada 10 pacientes que toman una droga recetada sufrirán efectos secundarios perceptibles o severos. El anti-artrítico Opren fue sacado de circulación después de dos años durante los que se reportearon miles de efectos dañosos, incluyendo 61 casos mortales.(British Medical Journal,1982). Ningún problema ocasionaba en las ratas. Dosis siete veces mayores que la máxima aceptada en medicina humana era tolerada por los monos rhesus. Otras drogas con idéntico itinerario: Clioquinol, Zelmid, Suprol, Selacryn, Zomax, Meritol, Eraldin, Clofibrate, Chloramfenicol, Fialuridine. En diciembre de 1997, la droga para la diabetes troglitazone fue retirada después de tres meses, tiempo en el que causó 130 casos de falla hepática y 6 muertes. Un caso célebre: la Thalidomide. Bajo el nombre de Contergan apareció en Alemania después de tres años de intensas pruebas. Inmediatamente se reportaron casos de neuritis periférica. "Completamente seguro para embarazadas y madres amamantando" -como rezaba el prospecto-, este tranquilizante suave causó el nacimiento de 10.000 a 12.000 bebés con muy graves deformaciones. Muchos murieron antes del primer año. Mientras circulaban graves sospechas sobre la thalidomide y el médico australiano William McBride alertaba sobre sus efectos teratogénicos, Chemie Grünenthal, la compañía alemana que la producía, negó tales efectos por años en que la droga siguió vendiéndose en unos 46 países. En 1968 comenzó en Alemania un largo juicio que duraría 2 años y casi 7 meses. Numerosos testigos -todos experimentadores-, afirmaron que nunca los resultados de experimentos con animales son válidos para los seres humanos. El premio Nobel Ernst Boris Chain, codescubridor de la penicilina, declaró el 2 de febrero de 1970: "Ningún experimento en animales con un medicamento, incluso si es probado en varias especies animales, incluyendo primates, en todas las circunstancias concebibles, puede ofrecer ninguna garantía de que el medicamento probado de esta forma actuará de la misma manera en humanos: porque en muchos aspectos los seres humanos son diferentes de los animales" (Cf.. Robert Ryan, artículo proporcionado por el grupo antiviviseccionista Guardians).
Grünenthal terminó haciendo arreglos extrajudiciales con las víctimas litigantes. La sentencia declaró inocente a los fabricantes del cargo de comercializar conscientemente un medicamento nocivo, debido a que estaban hechas las correspondientes pruebas con animales. Experimentación animal: una coartada médico-legal perfecta. La droga regresó en los noventa, en la versión de Celgene Corp., para tratar algunos síntomas de lepra. Se la emplearía también para síntomas de sida, lupus, y cáncer. Mientras se estudia el nacimiento en Gran Bretaña de una aparente segunda generación de víctimas, la Thalidomide Victims Association of Canada (TVAC) declara que jamás aceptará un mundo donde exista la thalidomide. El Dr. André Menache -hoy presidente de Doctors and Lawyers for Responsible Medicine(DLRM)- dijo en el 10º Congreso Mundial de Derecho y Medicina, Jerusalem,1994, que ya en 1964 el Dr. James D. Gallagher, Director de Investigaciones Médicas de los Laboratorios Lederle, había establecido que los estudios con animales son hechos por razones legales, no por razones científicas, y que no tenían sentido como valor predictivo para el hombre.
Uno de los reemplazos más eficaces de la experimentación en animales, es el uso de células humanas. Para probar su efectividad se utilizaron 50 químicos diferentes, como aspirina, diazepan, malation y otros cuya toxicidad es bien conocida. El más agresivo método tradicional, la prueba LD50, en la que se suministra la cantidad suficientemente tóxica como para matar el 50% de los animales por envenenamiento, es sólo exacto en un 59% con ratas y 70% con ratones. En el test con células humanas la seguridad fue del 77% y ascendía al 80% si se utilizaban tres diferentes tipos de células combinadas.(Información suministrada por el Physicians Committee for Responsible Medicine de Washington, www.pcrm.org)
.2º..- La enfermedad humana, estudiada en un organismo disímil, es inducida en animales aparentemente sanos por medios artificiales o violentos. El internalizado paradigma cartesiano-newtoniano conduce a tomar por enfermedad lo que no es más que la reproducción de sus síntomas. Suprimirlos sería sinónimo de curación, y tal vez así sea en ese animal, porque nunca padeció auténticamente la enfermedad. Abrir el pecho de un perro, suspender su corazón en un soporte pericardial y reducir la afluencia de sangre con un clip en una arteria para producir una isquemia -comprobando al cabo de una hora la actividad de ciertas drogas que luego se venderán a personas cardíacas- es sólo la reproducción en un órgano de un proceso mucho más profundo, holístico, que cursa de manera muy diferente en cualquier animal humano, y mucho más en ése singular que es cada uno de nosotros, con una particular forma de vivir, enfermar y sanar. Tampoco se puede reproducir la artritis martillando las articulaciones de un animal o inyectando en ellas sustancias irritantes. El historiador médico Bill Bingham, de la Sociedad Nacional del Reino Unido contra la Vivisección, cuenta cómo en base a técnicas ensayadas con perros, durante fines del s. XIX era habitual el corte del nervio vago para el tratamiento de la úlcera estomacal. Pero en 1940 se supo que el papel del nervio vago es diferente en los animales, especialmente ...
No es verdad que las sustanciales transformaciones en el curso de las enfermedades infecciosas y el aumento del promedio de vida sea consecuencia del denominado avance de los descubrimientos médicos. Sólo entre el 1 y el 3,5% del descenso en el número de muertes por las principales enfermedades infecciosas, en EE.UU., se debió a la intervención médica. La experimentación animal representa un porcentaje fantasma dentro de esta ya mínima contribución. Como ya probaron Ivan Illich, Thomas Kc Keown y las Investigaciones de la Organización Panamericana de la Salud, fueron las mejoras habitacionales, las medidas higiénicas, el acceso al agua potable y la mejora en la nutrición, los factores determinantes de esta evolución. Por ejemplo, cuando Koch descubrió el bacilo de la tuberculosis en 1882, la mortalidad por tal enfermedad había ya descendido notoriamente y siguió haciéndolo hasta el uso habitual de los antibióticos a mediados del s. XX. Ocho años después, Koch anunció su vacuna, la tuberculina, lograda por sus experimentos con conejitos de Indias, que no sólo no curó ni previno la enfermedad sino que probablemente agravó la condición de los enfermos.
La poliomielitis revela especialmente lo erróneo de la vivisección y el valor de la investigación clínica conjuntamente con los avances en investigación celular. En EEUU el pico máximo de la enfermedad se produjo en 1916. Ya desde 1840 los clínicos describían una faz sistémica y otra neurológica; el encuentro del virus en el contenido de las paredes del intestino delgado humano sugería la transmisión por vía digestiva. Pero según la experiencia efectuada con monos, la polio se transmitía por vía nasal, directamente hacia el cerebro. Y es que así es en ellos. En 1934 la primer vacuna desarrollada en base a la experimentación animal con monos infectados vía espina dorsal, debió ser retirada después de 20 casos de parálisis y la muerte de 6 niños sobre unos 20.000 vacunados. En 1949, el futuro Premio Nobel John Enders y sus colaboradores cultivaron el virus en tejidos humanos no pertenecientes al tejido nervioso y así descubrieron los cambios característicos en las células.
.3º..- Un animal encerrado en un laboratorio es un ser atormentado. Cualquier prueba que sobre él se haga contendrá en su resultado, aunque ocultas, las huellas de su sufrimiento.
"Cuidado. Material fotográfico" alertan algunos documentos testimoniales. Dolor corporal, soledad, falta de afecto, enjaulamiento e imposibilidad de dar cumplimiento a los fines biológicos para los que el animal existe. El alto grado de stress afecta al organismo todo, alterando pulso, presión sanguínea, actividad inmunológica, balance hormonal y numerosas otras funciones. La ansiedad, el miedo, la agresividad, la depresión, la angustia que siente el animal, es tan equiparable a la humana que también se lo usa en el campo de la psicología y la psiquiatría, donde se realizan algunos de los experimentos más crueles. Por ejemplo, para inducir un estado de agobio y desesperanza, se ata a un perro de modo que de ninguna manera pueda evitar los severos y repetidos choques eléctricos que se le administran. Miles de pruebas se repiten una y otra vez. Conclusiones obvias y de sentido común son expresadas en el impersonal y aséptico lenguaje científico. Siguen siendo triviales e inútiles. Mutilar, herir, fracturar, quemar, congelar, envenenar, irradiar. Inducir enfermedades, shockear con electricidad, operar innecesariamente. Tortura tanto física como psíquica porque el dolor es, biológicamente, una categoría tanto de la sensación como de la afección. Los experimentadores saben que basta con poseer receptores dérmicos y un cerebro que procese el impulso neuronal para experimentar sufrimiento. Un cuerpo de mamífero, aunque otras anatomías puedan cumplir idénticas funciones. En su capacidad de sufrimiento, el animal no humano es igual al animal humano. Pero ocurre que, en palabras de Paul Feyerabend, "...Auschwitz es una manifestación extrema de una actitud que aún subsiste en nuestra mente". Y los animales siempre estuvieron ahí, a merced del hombre, sin posibilidad de organizarse para luchar por sí mismos. En 1984 el grupo People for the Ethical Treatment of Animals consiguió sustraer videos con los experimentos que el mismo Thomas Gennarelli y su grupo filmaban en la Universidad de Pennsylvania. Nada de lo estipulado se cumplía. Mandriles sin anestesia forcejeando mientras son heridos en la cabeza o despertando de la anestesia mientras los escalpelos recorren sus cerebros abiertos; cirujanos que ríen y se burlan de monos completamente asustados. Los diarios y videos de Louise Wallis, infiltrada en la compañía farmaceútica Smithkline Beecham y en el St. Bartholomew’s Hospital Medical School, dados a conocer por la Sociedad Nacional de Antiviviseción de Gran Bretaña, prueban porqué los laboratorios operan a puertas bien cerradas. La vivisección no perdura por sus ventajas, sino a pesar de sus desventajas. Por un lado, supone un error científico que daña la salud humana. Por otro, se suma a las variadas formas de violencia contra el animal -explotación intensiva para alimento, industria de pieles, caza deportiva, riñas de gallo, peleas de perros, espectáculos deportivos, rodeos, circos, zoológicos- nacida de una razón desvirtuada, al servicio del lucro, que desarrolla todo lo que el humano tiene de potencial destructivo. Durante décadas la literatura médica ha señalado la conexión entre agresión hacia los animales con la agresión hacia los humanos, presente en los grandes criminales tanto como en el hombre que "ocasionalmente" abusa de un niño o de una mujer. El cambio normativo debería incluir en su sistema penal la abolición de la crueldad hacia la vida en cualquiera de sus formas, porque las diferencias entre humanos y animales, más que superiores a ellos, nos hacen responsables por ellos.
Pero sin la transformación de cada sujeto humano ningún cambio auténtico es posible. Gran parte del sufrimiento animal es evitable adoptando un cambio en nuestras diarias elecciones. Sólo al decir NO al consumo de productos enraizados en la muerte podemos empezar a hablar de ética, enfrentados a ese punto límite donde ya no es posible la negociación : el uno mismo. Un consumidor informado ya no podrá alegar inocencia. El resto dependerá de una actividad -generalizada y especialmente de quienes, salvo excepciones, no suelen hacerse oír al respecto, los veterinarios- que elimine toda forma de opresión, incluyendo la muerte disfrazada bajo el eufemismo anticulpógeno de eutanasia. Quienes se comprometen contra la barbarie a que se somete a tantos seres humanos, suelen extenderse con total naturalidad a la lucha por los derechos del animal. Son más bien los que circulan en la egocéntrica cápsula del individualismo los que pregonan ‘primero los humanos’. Lo primero es no ser parte de la violencia contra la vida en cualquiera de sus formas. La tortura y la matanza de los animales a los que les hemos quitado su lugar en la creación -actos extremos que permanecen ocultos porque no podrían soportarse en la cotidianeidad del hombre civilizado- nos enfrentan con la elección ética, singular, concreta y actual, al compás de la transformación filosófica y jurídica en la que los animales, liberados, ya no sean objetos violentados por la mano del hombre.
.Protección animal y Derechos del animal.
Las teorías del Animal Welfare, traducido a veces como protección y otras como bienestar animal, postulan la R de reducción, en el número de animales utilizados, y la R de refinamiento, a través del control legal de los experimentos, lugar donde comulgan con los viviseccioncitas. Proponen una explotación con trato "humanitario". ¿Trato humanitario no es cuidado, cariño y respeto? Dar previamente agua a un perro al que se obligará a ejercitarse en una cinta dentro de una prisión a 45º, sabiendo que morirá, durante o después del experimento, por hemorragias internas y sofocación, ¿no se parece al jabón que los nazis tenían la gentileza de suministrar a la entrada de las cámaras de gas?
En EE.UU., por ejemplo, los experimentadores se mueven con total libertad bajo la Animal Welfare Act y sus enmiendas, que excluye de su dominio a los animales más frecuentemente usados -ratas y conejillos-, y que para el gran resto permite no usar anestesia cuando la validez del experimento así lo requiera. Bajo esta ley ‘protectora’, los experimentos con animales han aumentado en los últimos años y la anestesia es un artículo de lujo. Los Comités de Etica de otros países funcionan en forma altamente deficiente. En el Reino Unido casi un 70% de los procedimientos se hacen sin anestesia. La base filosófica de los "welfarists" sigue siendo el especieísmo: la discriminacion en base a la especie, concepto desarrollado por el filósofo Peter Singer en Animal Liberation, y que las ecofeministas consideran, junto a otros ‘ismos’, producto de la sociedad patriarcal. Y la base jurídica no es otra que la imperante: el animal como ‘cosa’, propiedad a disposición de lo que el humano disponga, como bien asentara Gary Francione, quien en 1990 fundara junto a Anna Charlton Rutgers Animal Rights Law Center en la Universidad de Leyes de Nueva Jersey.
En cambio, el principio básico de las teorías de los Derechos del Animal, Animal Rights, consiste en que los animales tienen intereses que no pueden sacrificarse o negociarse según le guste a ciertos grupos humanos. En materia de experimentación sólo acepta la R de Reemplazo total. En este punto coincide con el ‘Anti-viviseccionismo científico’, concepto elaborado en 1978 por Hans Ruesch en su impresionante libro Slaughter of the Innocent, basado en que ninguna especie animal puede ser modelo de experimentación para ninguna otra. Es la única elección posible para proteger tanto al animal no humano como al humano. En "Vivisección o Ciencia", el profesor Pietro Croce escribió en 1981: "...el país que primero haga abolición de los experimentos con animales será para el mundo lo que fue Italia para el Renacimiento, y porqué no podría ser Italia nuevamente." Por ley provincial del 8 de julio de 1986, la Provincia de Tirol del Sur prohibió totalmente la experimentación animal. Al menos regionalmente, aquel deseo se hizo realidad, comenzando un cambio que todos nos merecemos.
Someter animales sanos a operaciones que no necesitan o criar animales con enfermedades "a la carta" para utilizarlos como "modelos" específicos para tratar de aportar soluciones a nuestros problemas de salud -aparte de una atrocidad moral- es una aberración fraudulenta -médica y científica-, porque las reacciones a los fármacos y las enfermedades o traumas inducidos violenta y artificialmente a animales de otras especies son distintas y no guardan relación con las enfermedades que se desarrollan espontáneamente en el ser humano. La práctica de la vivisección hace posible la proliferación de medicamentos y de otros productos porque son una coartada legal que permite dar una falsa sensación de seguridad al usuario, que ignora que los "nuevos" fármacos y productos de cosmética y consumo general -obtenidos para reemplazar a los que van siendo retirados cuando se manifiestan los daños o "efectos secundarios" que producen- a veces se comercializan a pesar de producir cánceres y tumores en los animales, por la falta de fiabilidad de tales experimentos.
Debido a la falta de información o desinformación existente, muchos aún creen que algunos experimentos están más justificados que otros y aunque admitan, por ejemplo, como algo frívolo y éticamente injustificable el testar productos de cosmética en animales, la influencia y el enorme poder de las grandes industrias químico-farmacéuticas impiden todavía, a una sociedad ignorante, condenar la experimentación médica, al menos desde el punto de vista científico, lo cual nos permitiría a todos los seres vivos dejar de ser tratados como "cobayas" por el sistema actual.
Un cáncer espontáneo, por ejemplo, tiene una relación íntima con el organismo que lo desarrolla, y posiblemente también con su mente, mientras que las células cancerosas que se implantan en otro organismo no tienen ninguna relación "natural" con éste. Los sistemas patológicos no pueden inventarse ni construirse -el síntoma no es la expresión de algo patológico, sino la manifestación externa de un desequilibrio interno. El hecho de que los animales estén siempre sanos antes de ser utilizados, prueba también que el propósito de los experimentos nunca es prevenir ni curar. Las únicas pruebas científicas con un cierto grado de fiabilidad son los ensayos y estudios clínicos humanos. Mutilar, envenenar, irradiar, quemar, congelar, inyectar, operar quirúrgicamente a seres vivos sanos -que sufren y sienten- que no necesitan ningún tipo de operación, producirles cánceres y tumores, descargas eléctricas, privarles de comer y beber, forzarles a ingerir alcohol en contra de su voluntad y su naturaleza, o inhalar el humo de tabaco -que sólo algunos seres racionales capaces de leer la advertencia de su peligrosidad se tragan voluntariamente-, son acciones claramente cuestionables y condenables porque manifiestan un alto grado de sadismo y una flagrante carencia de sensibilidad y de rigor científico, que proporcionan, sin embargo, beneficios millonarios a los fabricantes -sin escrúpulos- de nuevos fármacos y productos tales como detergentes, limpiadores de hornos, blanqueadores, barras de labios, pasta de dientes, cremas corporales, perfumes, aditivos alimentarios e industriales, fertilizantes químicos, etc. -a menudo innecesarios y peligrosos para la salud y el medioambiente-, para satisfacer la creciente demanda de medicinas y productos, de dudosa calidad y fiabilidad, con criterios puramente lucrativos y mercantilistas.
Estos experimentos -obviamente crueles y carentes de sentido común- ponen también en serio peligro nuestra salud, debido al uso de preparados farmacéuticos considerados originalmente seguros después de ser testados en animales y comprobarse posteriormente su toxicidad. Entre los desastres terapéuticos más conocidos -que no han dejado de aumentar desde los años cincuenta- se encuentra el caso de la talidomida -un sedante introducido en Alemania, en octubre de 1957, con el nombre de "Contergan", recomendado como seguro para las madres gestantes, después de tres años de pruebas exhaustivas con animales-, creada por la compañía Chemie Grünenthal, y comercializada en 11 países occidentales, 17 de Asia y 7 de África, causó malformaciones congénitas a más de doce mil niños que nacieron con miembros sin desarrollar o carentes de ellos, y manos en forma de aletas situadas directamente sobre los hombros, con la falta de algún pulmón o con los ojos y las orejas deformes. Muchos nacieron sin vida o murieron poco después, cuando sus madres, enloquecidas por la tragedia, recurrieron al infanticidio.
El estilbestrol, un potente estrógeno u hormona sexual, utilizado para tratar el cáncer de próstata y prevenir el aborto involuntario, causó un nuevo tipo de cáncer a mujeres jóvenes cuyas madres habían sido tratadas con estrógenos sintéticos durante el embarazo. El clioquinol también ha ocasionado la muerte de miles de personas, dejando paralizadas o ciegas a otras 30.000.
El hecho de que los animales no reaccionen como nosotros a los fármacos y sean inmunes a la mayoría de las infecciones humanas como la difteria, el tifus, la fiebre escarlatina, la viruela, el cólera, la lepra, la fiebre amarilla o la plaga bubónica y otras infecciones -que como la tuberculosis se desarrollan de forma distinta en otras especies- demuestra que, pretender controlar las enfermedades humanas a través de la experimentación animal, podría parecer una locura si no supiéramos que tales prácticas son sólo un pretexto para obtener cuantiosos beneficios económicos, a pesar del daño que se inflige a los animales y a la salud de los consumidores.
Los verdaderos progresos médicos y el aumento de la esperanza de vida se han conseguido a pesar de la experimentación animal y no gracias a ella, mayormente debido a la mejora del nivel de vida y a las mejoras higiénicas, infraestructurales y sanitarias, tales como la canalización de aguas limpias y residuales (fundamental para el retroceso del cólera). La introducción de la asepsia, antisepsia, el éter, opio, curare, cocaína, morfina, el cloroformo y otras formas de anestesia que hicieron posible el renacimiento de la cirugía-, así como el termómetro, el microscopio, la bacteriología, el estetoscopio, oftalmoscopio, los rayos X, la auscultación y el microscopio electrónico -de capital importancia para la diagnosis- no tuvieron nada que ver con la vivisección, lo mismo que el desarrollo de las vacunas y la obtención de la digitalina, el estrofanto, la atropina -que se extrae de la belladona y se emplea para dilatar las pupilas de los ojos y otros usos terapéuticos-; el yodo, quinina, nitroglicerina, el radio, la penicilina, etc. Se puede afirmar que no existe un solo descubrimiento terapéutico importante debido indiscutiblemente a la vivisección; sin embargo, se pueden llenar libros enteros con los desastres terapéuticos causados indiscutiblemente por la experimentación animal.
Las industrias químico-farmacéuticas también son responsables de retrasar el progreso de la ciencia y la medicina, impidiendo o dificultando la aceptación de sustancias médicas consideradas útiles, como la penicilina -descubierta accidentalmente por el doctor Fleming-, que es mortal para las cobayas, quienes, sin embargo, pueden consumir sin problemas estricnina, que es altamente venenosa para el ser humano, pero no para los monos. El cloroformo que, al ser tan tóxico para los perros, no se utilizó como anestésico para las personas durante muchos años. La tuberculina, de Robert Koch -que llegó a considerarse una vacuna contra la tuberculosis a principio de siglo porque curaba a cobayas tuberculosas-, causa la tuberculosis al ser humano. La digitalina -extraída de una planta- fue declarada tóxica en 1911, porque a los perros en los que se probó les subía peligrosamente la tensión arterial, tardando diez años en aplicarse en las enfermedades cardíacas. Una dosis de belladona suficiente para matar una persona es inofensiva para los conejos y las cabras. El arsénico -el veneno favorito de los asesinos de antaño- pueden consumirlo las ovejas en grandes cantidades sin sufrir ningún daño, sin embargo, las almendras dulces, son mortales para zorros y pollos, como sucede con el perejil, que es un veneno para los loros. La sacarina causa cáncer de vejiga al macho de la rata, pero no a la hembra, ni tampoco a los ratones, hámsters, monos ni al ser humano, debido a una reacción de la sacarina con una proteína que sólo se encuentra en los machos de la especie. Un puercoespín puede tragarse de una vez la misma cantidad de opio que se fuma un adicto en dos semanas, junto con una cantidad de ácido prúsico suficiente para envenenar a todo un regimiento. Una pequeña cantidad de la seta amanita faloides, suficiente para acabar con toda una familia, puede consumirla sin ningún efecto negativo el conejo, uno de los animales más utilizados por los laboratorios. Algunas bayas silvestres mortales para el ser humano, son muy apreciadas por los pájaros, y el cianuro de potasio tampoco hace daño al búho. La morfina anestesia y calma al ser humano, pero causa una excitación violenta en gatos y ratones, y los perros pueden tolerar dosis veinte veces más altas que nosotros.
Si no acudimos al veterinario ni utilizamos medicinas destinadas a los animales, para tratar nuestras dolencias o enfermedades, tampoco tiene ningún sentido consumir medicamentos o productos testados en animales. En los colegios, la biología humana se enseña con la ayuda de diagramas, vídeos y el uso de modelos ¡sin necesidad de diseccionar cadáveres humanos! del mismo modo que debe estudiarse la biología animal. La disección de animales no tiene sentido ético ni pedagógico, y pueden servir como ejemplo las medidas adoptadas en países como la Argentina, donde la resolución 1299/87, del Ministerio de Educación y Justicia, prohibía las prácticas de vivisección y disección de animales en todos los establecimientos de enseñanza. La Universidad de Buenos Aires, se sumó también, en 1993, a dicha iniciativa, reconociendo el derecho al estudio de la ciencia de la vida sin violencia, mediante métodos científicos que no implican la muerte de animales, permitiendo así a los estudiantes, por motivos éticos, morales o religiosos, optar por un programa educativo que fomenta una relación sana y pacífica con los demás seres vivos y la naturaleza, basado en la observación de animales en sus áreas naturales, la simulación por ordenadores, el estudio de modelos anatómicos y de piezas de museo, vídeos y diapositivas, los trabajos escritos y la observación de tratamientos de cirugía animal en clínicas veterinarias. Si deseamos acabar con la tortura injusta y despiadada de los animales y superar las lacras de la experimentación animal, debemos rechazar la mentalidad viviseccionista existente y adoptar una verdadera disciplina científica no-violenta, basada en el respeto a la vida y en estudios y observaciones clínicas, cuyo objetivo sea la prevención y aplicación de las técnicas terapéuticas más adecuadas y menos invasivas en el tratamiento de las enfermedades, y no la recreación de las enfermedades en los animales. Todos somos víctimas de la vivisección y a todos nos concierne su abolición y erradicación.
.INGENIERÍA GENÉTICA... ¿SIN FRONTERAS? Introducción.
La manipulación genética aplicada a la nueva creación de alimentos, herbicidas y productos farmacéuticos está abriendo una gran polémica entre los laboratorios y las multinacionales, por un lado, y los ecologistas y el público consumidor, por el otro. De entrada, promete dar un empujón a la Revolución Verde, aumentando la producción de alimentos y ayudando a combatir la pobreza. La piedra angular de la problemática es, sin duda, la precipitación con que se comercializan los productos manipulados genéticamente y con la que se patentan los genes. Precipitación porque, como discutiremos, no hay ningún tipo de garantía de la inocuidad de los nuevos productos y si, por contra, suficientes pruebas que demuestran los riesgos - para la salud, la agricultura, la biodiversidad y la economía-. Esto, por si solo, tendría que ser suficiente para poner una moratoria sobre las nuevas tecnologías y abrir un debate serio, profundo y general antes de que se haga ningún uso, en el cual también tendrían que estar recogidas las cuestiones éticas. El hecho que no exista este debate se debe a las multinacionales y a las políticas más interesadas que, con un secretismo hermético, están avanzando rápidamente en este campo, que les proporciona ganancias económicas y control sobre el mercado a muy corto plazo. Y, posiblemente, proporcionará pobreza y daños a los países pobres y al público desinformado en un plazo igualmente corto. El sentido común nos obliga a hacer una llamada al principio de precaución, sabio en su formulación: ante el riesgo, prudencia. I sobretodo, búsqueda de alternativas. Riesgos inmediatos, previsibles y imprevisibles La ausencia de un efecto negativo inmediato no asegura que no habrá nunca ningún otro efecto. (Tiedje et al., 1989).
Para la salud.
Los riesgos que comportan los productos manipulados genéticamente son difíciles de prever y, por tanto, no se pueden testar satisfactoriamente antes de ponerlos n el mercado. Esto proviene de la complexidad estructural de los organismos y de su código genético. Por ejemplo, un tipo de soja manipulado por la empresa Pioneer contiene una proteína incorporada a través de la transferencia de genes de la nuez del Brasil. Las personas alérgicas a este fruto tuvieron la misma reacción alérgica al consumir esta soja, a pesar de que las pruebas realizadas en los laboratorios habían resultado negativas. Cuando se trata de productos manipulados con genes nuevos, nunca evaluados, aparece la duda sobre si estos productos han aumentado su potencial alergénico, que es impredecible y imposible de testar (Nestle, 1996).
Además de los potenciales alergénicos, aparecen otros problemas, entre los cuales figura la posibilidad de que las plantas manipuladas para ser más resistentes a los herbicidas acaben metabolizando estos productos tóxicos destinados a matar a las malas hierbas. Los tóxicos metabolizados dan lugar a productos nocivos para los consumidores de plantas, como es el caso del herbicida Roundup, al cual es resistente una soja producida por la multinacional agroquímica Montsanto. Este herbicida contiene glifosato, los residuos del cual se acumulan en las plantas, y otros surfactantes contaminantes. Los metabólitos de estos productos que permanecen en las plantas, como el formaldehído, pueden ser neurotóxicos y cancerígenos (Aguilar, 1997). La degradación incompleta de sustancias químicas conlleva a veces la síntesis de productos aún más tóxicos para el medio (Tiedje et al., 1989).
Por otro lado, también pueden aparecer problemas para la salud en el uso de vectores que se utilizan para manipular genes. Estos vectores suelen ser virus y retrovirus, algunos de ellos inductores de cáncer y otras enfermedades. Si bien se asegura que el ADN de estos virus está inutilizado, también es cierto que pueden reactivarse mediante fenómenos génicos como la mutación, la transposición o la recombinación (Green & Allison, 1994). En el campo de la genética, los genes no actuan de forma individual. Por tanto, componentes individuales en principio benignos bien pueden tener efectos sinérgicos nocivos. La investigación científica en este campo es incompleta en el mejor de los casos, ya que, en general, los efectos a medio y largo plazo de los alimentos manipulados genéticamente son imposible de predecir.
Para la agricultura y la ganadería La transferencia de genes rompe las barreras genéticas que tienen los organismos, facilitando la acción de ciertos patógenos. Por ejemplo, suelen usarse como marcadores génicos en algunas plantas genes que confieren resistencia a los antibióticos. Se ha comprobado que los microorganismos pueden adquirirlos con cierta facilidad de las plantas. El año 1994 se plantó mostaza, colza y manzanas, con genes de resistencia a antibióticos, junto con el hongo Aspergillus niger, y los análisis posteriores demostraron que el hongo era también resistente al antibiótico (Hoffman et al., 1994). Es pues evidente el riesgo para la salud y la agricultura que la mobilidad de ADN comporta. Más de 650 especies de insectos, hongos y malas hierbas son ahora resistentes a diversos productos fitosanitarios, debido a la presencia constante en el medio de los pesticidas y a la adquisición de genes por diversos procesos génicos naturales (Georghiou & Lagunes-tejada, 1991). Esto implica que la agricultura tradicional y biológica podría desaparecer con la implantación de los cultivos transgénicos, además de representar un grave peligro para la biodiversidad en los suelos: la combinación de genes nuevos y el acúmulo de productos empobrecen a los ecosistemas de cultivo. Como ejemplo, podemos citar el caso de Pseudomonas putida, modificada para poder degradar un herbicida, pero que genera durante el proceso sustancias altamente tóxicas para los microorganismos del suelo, imprescindibles para el equilibrio ecológico (Aguilar, 1997).
Los animales tratados con productos obtenidos por manipulación génica también arrastran graves problemas de salud como consecuencia de los nuevos genes que se les implantan. Es conocido el ejemplo de la hormona del crecimiento bovino (rBGH), propiedad de la multinacional Monsanto, que se inyecta a los animales para que produzcan más leche. Lo que provoca a las vacas es mastitis, fiebres, hemorragias internas, anorexia, infertilidad y, incluso, la muerte. La leche que producen puede tener restos de pus y de sangre, y tendría que ser, lógicamente, invendible (Ruiz, 1997). Para el medio
Los cultivos de plantas transgénicas comportan diversos peligros para el medio, amenazando la biodiversidad y aumentando los acúmulos de tóxicos en los suelos y en las aguas. En algunos casos, las plantas transgénicas tienen un gran poder invasivo, ya que son resistentes a herbicidas y algunas, a plagas. Ésto se convierte en un defecto cuando salen de los cultivos y se esparcen por zonas vecinas, cosa, por otro lado, inevitable. Una planta más resistente sustituye al fin a las plantas autóctonas de la zona, al competir por los nutrientes y el espacio con más eficacia. Cuando, además, se da la hibridación entre plantas transgénicas y plantas silvestres, aparece lo que se denomina como contaminación genética. En el caso de la colza, se ha encontrado el transgen de laboratorio a més de 2,5 kilómetros del cultivo original (Timmons et al., 1994). Lo mismo sucede con los vectores que transportan los genes de resistencia, que pueden llevarlos a hongos, insectos, patógenos y otras plantas que no son su destino final original. Por otro lado, hay el peligro del traspaso de genes manipulados que dan resistencia a los herbicidas a malas hierbas, convirtiéndose en hierbas hiper-resistentes que causarían graves daños a los cultivos (Aguilar, 1997). La resistencia a los herbicidas por parte de los cultivos transgénicos hace que se abuse del uso de estas sustancias, esperando obtener cultivos mejores. Ahora bién, el herbicida glifosato, por ejemplo, agente activo del ya citado Roundup, es tan eficaz que ya ha colocado en los EEUU 74 especies de plantas en peligro de extinción (Aguilar, 1997); afecta también algunas funciones fisiológiquas en anfibios y gusanos de tierra, peces y también en microorganismos (Springet & Gray, 1992). También tiene una larga permanencia en el suelo y, arrastrado por los sistemas hídricos, puede ser llevado a muchos kilómetros de distancia de donde originalmente se vertió. En los EEUU se encontró glifosato a 14 kilómetros aguas abajo del cultivo, con una persistencia del 58% (Monroe, 1988).
La alteración de los conjuntos de genes naturales y la impredictibilidad de las consecuencias del uso de transgénicos resulta un problema medio ambiental, hasta en pequeña escala y a corto plazo. No se puede olvidar en ningún momento que los ecosistemas funcionan como un todo, siendo cada una de sus partes y componentes, vivos y no vivos, parte fundamental del equilibrio. La red de un ecositema se debe estudiar con una visión global, nunca de manera reduccionista, ya que las interacciones entre sus componentes son extremadamente complejas y delicadas. En este sentido, especialistas y científicos piden estudios esmerados y precisos de los riesgos que comportan los productos manipulados genéticamente (Timmons et al., 1994).
Conclusiones y Reflexiones
Una agricultura sostenible no se puede alcanzar, como se deduce de la situación actual, desde la manipulación genética. Se han invertido muchos años y capital económico y humano para desarrollar estas tecnologías y los productos que se han llegado a comercializar hasta ahora son, de hecho, pocos; las consecuencias de su uso no han sido satisfactoriamente calculadas ni evaluadas. Los riesgos potenciales superan en mucho los beneficios actuales y, probablemente, los beneficios económicos a largo plazo. Solamente Monsanto ha gastado 500 millones de dólares en la última década pera desarrollar plantas resistentes a sus propios herbicidad (Kloppenburg et al., 1996) y haría falta plantearse si se ha de seguir por esta vía de manera forzosa. Por otro lado, aún hay mucha investigación para hacer en el campo de la agricultura tradicional y el desarrollo sostenible, y no se ha de favorecer a la biotecnología en su detrimento. Las soluciones que proponen las multinacionales a través de la ingeniería genética son solo un parche sobre problemas puntuales de los paises más ricos, dejando desprotegido a el consumidor y perjudicando a los pequeños agricultores i a los paises pobres.
El último punto de reflexión corresponde al público consumidor. Se debería exigir un canal de información transparente y no sesgado del avance en la ingeniería genética, su significado y, sobretodo, sus consecuencias. Un desarrollo sostenible y justo requiere medidas sociales y económicas, mucho más necesarias que la biotecnología. Centrarse en la tecnología es desviar el esfuerzo y el dinero que se deberían invertir en el campo de la transformación social.
TU SALUD:
Muchos grupos interesados en la venta de productos de carnes rojas, blancas y mariscos dicen que no existe ningún peligro en comer animales muertos por el hombre, pero todavía no sabemos si en realidad es cierto o no.Aquí queremos mostrarte varios estudios y experiencias que por medio de prácticas han hechos grupos de vegetarianos a nivel mundial. Ya no se puede negar también que la medicina ortodoxa está reconociendo los resultados de comer carnes en exceso, muchas enfermedades múltiples tienen su causa en las comidas hechas a base de carnes. Enfermedades del corazón, de circulación, de hígado, riñones y cáncer tienen una conexión directa con el consumo de carnes.
VIOLACIÓN EN CONTRA DE ANIMALES:
No solamente para vivir más saludable es la razón de reducir la comida de carnes (hasta dejar de comer carnes rojas, blancas, pescado y mariscos), también tenemos que ver bajo que condiciones se produce la carne. Es espantoso el tratamiento que reciben los animales y la carne antes de que los productos lleguen a la mesa de los consumidores desprevenidos. Está comprobado que existen muchas conexiones entre la industria farmacéutica, los ganaderos sin escrúpulos y los rastros para tener mas ganancias a costa del consumidor.
La cría moderna del animal cuenta con un sin fin de problemas. La producción de la carne se ha convertido en una industria, así están tratando al animal como un producto sin vida y propios sentidos. Lo que come el consumidor de carne tiene excesos de fertilizantes químicos, hormonas, antibióticos y tranquilizantes. En el mejor de los casos el consumidor recibe carne INFLADA sin ningún efecto de nutrición, en casos peores se puede considerar esta carne como envenenada. Nadie habla de lo que está pasando realmente en las jaulas de ganados y en el rastro, o mejor dicho, el consumidor; ni si quieras lo quiere saber. Cada día más y más publicaciones están reportando con que tipo de manipulaciones químicas se produce la carne.BRUTALIDAD MORTAL:
Hoy en día ya no se trata al animal como una criatura viva, a muchos de ellos los ve como una máquina de carne. La vida de un animal encerrado durante toda su existencia se considera como intolerable en su derecho de vivir ante su creador. La vida del animal bajo estas condiciones se asemeja a un campo de concentración, castración, tratamiento de hormonas, la alimentación con productos artificiales y químicos con el fin de engordarlos, y que hay de los transportes largos y dolorosos llenos de angustias extremas, y finalmente su muerte cruel en los rastros, esto nos enseña la brutalidad con la que es tratado un animal.
Las matanzas en los rastros es todo, menos de humanos. En verdad los rastros hacen competencia a las profecías del infierno. Los animales gritando los dejan inconscientes con golpes de martillos, disparos eléctricos o con pistolas de pernos. Los halan en el aire con un gancho en sus pies y los cuelgan en una cinta automática, paseándolos en esta posición por la fabrica de carne, posteriormente, les abren la garganta con un corte y comienzan a trabajar en los cortes de carne, mientras el animal se muere desangrado. Este método ahorra mucho tiempo y por lo mismo aumenta la ganancia. Así como para el ser humano, para el animal el ser asesinado es una experiencia que les produce mucha angustia y mucho pánico, lo cuál provoca dentro de su cuerpo una reacción drástica y bioquímica y eso intoxica todo el cuerpo con hormonas de angustia, es decir adrenalina..
EL DESAPROVECHAMIENTO DE COMIDA:
Es una realidad que la carne alimenta a mucha gente a costa de otras. Para la producción de carne se necesitan cereales valiosos que pueden servir de comida directa a mucha gente. El 90% de los cultivos de cereales que se producen en los E.U.A. se utilizan para alimentar a animales. Con la misma cantidad se podría dar una alimentación básica a todos los habitantes de la India y de China, los cuales suman casi dos mil millones de seres humanos.La transformación de cereales en carne es la forma máxima del desperdicio de alimentos básicos. Para engordar a un solo animal durante un año se necesita media hectárea de tierra, después de un año podemos conseguir de este ganado más o menos 300 kilos de carne para comer. Si durante ese año hubiéramos sembrado en la misma área cereales o papas, el resultado sería 3.000 kilos de papas y/o 20.000 kilos de cereales, lo que quiere decir una producción de 10 veces más de papas y 66 veces más de cereales, en vez de carne.La circulación del mal uso de alimentos que se inició así, es mas que fatal. La tasa de incremento de la producción del género de la agricultura a través de una sobredosis de fertilizantes químicos, ha dado como resultado una enorme cantidad de cereales. Pero todo lo que hemos producido de esta manera, se utiliza como comida para la alimentación del ganado. En este proceso hemos logrado una catástrofe ecológica, para la producción de un mercado para la venta de carne. Se necesitan apoyos económicos del gobierno, lo que quiere decir desperdicio de dinero que entra a través de los impuestos que pagamos cada uno de nosotros. Esta cadena de productores tienen que criar más y más ganado para cerrar este círculo de inversión y aumentar sus ganancias.Hacen todo lo que sea necesario para mantener el precio de la carne a un nivel bajo y aceptable dentro de la competencia del mercado de la alimentación. Es una estupidez humana criar animales de esta manera, solamente para crear unas estadísticas económicas. A través de información manipulada y falsa están tratando de explicar que el consumo de carne es necesario para un crecimiento superior. No es verdad cuando se dice que los vegetarianos están mal alimentados y sufren de desnutrición por falta de carne. La mala información a la población es transmitida por ellos, a quienes les conviene que nosotros nos intoxiquemos y posteriormente nos curan después con otros químicos farmacéuticos y ahí comienza otro círculo de negocio y ganancia, utilizando a cada uno de nosotros como máquina de dinero.Hablando en relación con la cantidad de carne que consume una persona o un país entero, a continuación quiero publicar unos números como ejemplo: Solamente en Alemania, en el año 1999, se consumieron 67.5 kilogramos de carne por cada habitante del país. Al primer momento esta cantidad no suena exagerada, pero si tomamos en cuenta que todo el país de Alemania tiene aproximadamente 85 millones de habitantes, la cantidad que nos arroja estos números es 85.000.000 x 67.5 kilos = 5.737.000.000 kilos de diferentes tipos de carnes (que da igual 5.737.000 toneladas, casi 6 mil millones de kilos). En esta cifra no estoy tomando en cuenta a los otros países de Europa ni del continente Americano como Estados Unidos por ejemplo, el cual está en el primer lugar en el consumo de carnes por cada habitante, con un promedio de casi 90 kilos por personas..
LOS LACTEOS EN NUESTRA VIDA DIARIA
La composición de sustancias que forman la leche de vaca es diferente ala humana por lo tanto no es natural que sigamos consumiendo esta. En la leche de vaca hay 300 veces mas caseína que en la humana ,pues necesita formar huesos mucho mayores, esta caseína es difícil de d9igerir pues se coagula y se forman densos copos en el estomago; imaginemos lo que es para el hombre-mujer la caseína que es usada en carpintería como uno de los adhesivos mas fuertes de contacto. Esta sustancia al pasar por nuestro organismo se va adhiriendo al intestino impidiendo que el cuerpo pueda absorber otras sustancias vitamínicas , además que los productos derivados de la leche dejan gran cantidad de muchos tóxicos . otro gran problema es que estos productos tóxicos , llegan al ser humano de forma muy procesada y cargada de restos de penicilina y antibióticos que se les suministra alas vacas; otro ejemplo es el de la difundida practica de suministrar químicos y hormonas al ganado para acelerar su crecimiento , generando bacterias potencialmente cancerigenas que puedan afectar a los consumidores de leche y derivados.Se nos a ha impuesto la creencia de que los lácteos son necesarios por su supuesto gran aporte de calcio que impedirá el debilitamiento de los huesos , una cosa esta muy clara ¿De donde obtienen las vacas el calcio?
Por supuesto de los granos y los vegetales ( nunca se ha visto a una vaca adulta tomando leche o comiendo quesos) , pues en los vegetales se aya el calcio en grandes cantidades , lo podemos encontrar en todas las verduras de hoja verde y en la mayoría de las frutas , nueces, datiles, higos curuelas, y en cantidades mas adecuadas para nuestro cuerpo sin necesidad de explotar o causar daño a ningún animal ; ya que las vacas son sometidas a embarazos artificiales continuos para producir mas leche.

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Influences: Los cambios de una sociedad ya casi perdida, son poco a poco, la lucha constante hace que en esta vida tengamos una razon por la cual estar, y asi, seguir en lo que creemos, sabiendo que el cambio realmente es notable despues de mucho esfuerzo, seguiremos, aun siendo la minoria, de la misma minoria!

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