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Cuentos de amor de invierno; los ecos del progresivo y el choque eléctrico del rock clandestino agitan la voluntad de la energía de la mente que mueve montañas y todo es suave, de sensibilidad orgánica, con los altibajos de humor como las historias contadas en las canciones, con tanta rabia como amor, y sin saber bien a donde nos llevan. Pero nos vamos siempre de viaje con ellas, con las canciones, como bellezas durmientes de colores suaves, de melodías que desencadenan el trato vulnerable de la carne humana, heridas abiertas a un sol con pendientes de lluvia y encanto de luna.
Mientras, el muro de la belleza tiene principio sin fin...en un pensamiento eterno, sin mirar atrás. Existe la desesperanza por un amor perdido, por las ilusiones marchitas que desgrana las hojas de lo más incierto mirando de soslayo una guitarra en medio del vacío, en lo profundo. Elecktra y sus introducciones a las canciones son el preámbulo de tantas ilusiones como besos de alto voltaje, cuidadas para embellecer el tesoro del idílico mensaje entre clichés rock y amor-sexo.
Sin Mirar atrás es un ritual. Cuando un disco es un acto de amor, para quien lo entienda, que importan los modos de comprar y vender los poemas y las notas. Se superponen las imágenes de mentes sencillas y juegos de pasiones... Nuestra vida se arrastra entre las sombras de algunos toques británicos y agitaciones de viento helado. Sin mirar atrás son cuentos de amor de invierno, de nieblas de otoño, de ecos y ternuras. Un duelo de palabras y sonidos de cierto arte gótico, de soledades y autosuficiencias.
Jorge Escobedo quita el tapón de los trucos personales, de los enigmas y atrapó en doce meses el latido de una conexión -elecktrizante-. Vampiros del segundo milenio por el tercer camino de cambio. Hijos del romance entre metal armonizado y electrometalgótico. Para que la gente humana lo entienda como un aliento al cristal del Universo, para empañar y hacer dibujos imaginarios como reflejo de los vivos. Elecktra es un camino directo a tu corazón. Un grupo de rock convencidos de su magia.